Según el Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE), serán necesarios 60 años para lograr la equidad entre mujeres y hombres. De la mayor proporción de mujeres desocupadas en tiempo de Covid hasta la diferencia salarial, solo por mencionar el mundo laboral. Está todavía lejana la equidad entre hombres y mujeres.
Pese a que en los últimos 20 años se han desarrollado proyectos a nivel mundial, para promover la equidad de género y el empoderamiento de las mujeres, queda muchísimo por hacer para lograrlo. Solo en Europa, según el EIGE, serían necesarios otros 60 años para lograr la igualdad plena entre hombres y mujeres. En países como Italia, la ocupación femenina en el mercado laboral, no supera el 50% en roles prevalentemente no decisivos.
Disparidad y violencia
A nivel mundial, los negocios que más han sufrido por la crisis del Covid-19, son aquellos en los que se emplean tradicionalmente las mujeres: servicios turísticos, de restaurantes, comercio, cuidado y limpieza. Para las mujeres que se quedan en casa o que pasan más tiempo en ella, debido al aislamiento social, la presencia en casa de los otros miembros de la familia, no ha comportado tampoco una mejora en la distribución de las tareas domésticas. Sumado a lo anterior, se ha visto incrementado la exposición a la violencia doméstica, especialmente aquella por motivos de género; al aumentar la exposición al agresor y los factores desencadenantes de la agresión.
En Colombia, así como en toda América Latina y el mundo, las diversas organizaciones que promueven los derechos humanos, los derechos de las mujeres y su empoderamiento, coinciden en el aumento en la frecuencia e intensidad de la violencia contra la mujer, junto con el aumento de los factores de riesgo y de inequidad, ligados al mercado laboral. Ante este panorama, se esgrime una frase que se ha vuelto constante: la crisis por el Covid-19 ha exacerbado la inequidad, dejando una vez más desnudas sus peores manifestaciones.
Un trabajo lejos de terminar
Muchas mujeres y hombres que veían como algo logrado la equidad, han podido constatar de primera mano la falsedad de esa certeza, lo lejos que estamos de alcanzarla. Siguen existiendo más mujeres desempleadas, siguen ganando en promedio un 21% menos que los hombres en iguales cargos, siguen teniendo dificultades para acceder a ocupaciones etiquetadas como típicamente masculinas y aquellas etiquetadas como típicamente femeninas siguen siendo mal pagadas. Siguen siendo las mujeres quienes mayoritariamente asumen las labores de cuidado de los niños, ancianos y enfermos en la familia.