Desde el ciberbullying o acoso en línea, pasando por las noticias falsas, la ausencia de moderación de contenidos, el abuso y acoso sexual en línea, hasta los riesgos de tráfico de menores; existe una gran variedad de riesgos en las redes sociales, que se amplifican cuando los usuarios son nuestros niños, niñas y adolescentes sin el acompañamiento de adultos amorosos y responsables. Presentamos información valiosa que los adultos debemos saber, sobre nuestros pequeños en la red.
Las bondades, así como los riesgos a los que nos vemos expuestos como usuarios de internet, especialmente en las redes sociales, soy muchos y variados. El robo de nuestra identidad, de nuestra información personal y financiera, la exposición a las noticias falsas, el acoso en línea (incluyendo el acoso sexual), entre otros, son peligros a los que estamos expuestos cotidianamente en la web; sea que queramos enterarnos de ello o no. Los riesgos para los niños y niñas se incrementan exponencialmente, en la medida en que tienen acceso a edades cada vez más tempranas y casi sin supervisión alguna.
Aunque cualquier usuario podría ser víctima de las amenazas de la red, niños y adolescentes son particularmente vulnerables a peligros que se potencias a raíz de su limitada capacidad de ponderar los riesgos y tomar decisiones informadas. Proteger a los más jóvenes en Internet es un verdadero desafío. A pesar de todas las iniciativas destinadas a abordar este tipo de amenazas/riesgos, estamos aun muy lejos de lograr un entorno digital seguro para nuestros pequeños y jóvenes.
¿Qué tan pronto deberían poder acceder a los contenidos de internet?
Uno de los aspectos más importantes que debemos tener en cuenta cuando se trata de seguridad es determinar la edad adecuada para que los niños y adolescentes puedan comenzar a utilizar todos los servicios en línea, como las redes sociales. Esto es muy importante, especialmente porque algunas de las herramientas más popular no se desarrollaron pensando en los usuarios infantiles. Muchos de estos servicios requieren que los niños tengan al menos 13 años antes de poder registrarse; pero no siempre la edad requerida es la edad adecuada. La legislación en materia de protección de la privacidad de los menores en línea, es un marco que ha obligado a las empresas web a cumplir formalmente con ese control.
En teoría, se debe garantizar el control parental y establecer políticas por parte de los sitios web y las empresas operadoras de servicios en línea, para proteger la seguridad de los menores. Por ejemplo, servicios, como el correo electrónico, prohíben que los niños menores de 13 años creen una cuenta. Sin embargo, los mecanismos implementados no siempre son realmente eficaces para verificar la edad del usuario. Cualquier fecha de nacimiento puede usarse para cumplir con los requisitos. Además, los controles utilizados se pueden eludir fácilmente.
Mecanismos al alcance para protegernos y protegerlos
Aunque las medidas iniciales no siempre son eficaces para impedir que los niños creen una cuenta de correo electrónico o un perfil en cualquier red social, existen mecanismos adicionales que podemos usar para proteger a nuestros niños y adolescentes. Para evitar que un menor continúe utilizando cualquier servicio sin autorización, algunas redes y sitios tiene un formulario para informar que un niño menor de 13 años está usando el sitio web. Amigos, familiares, compañeros y profesores, pueden hacer uso de estos formularios y los operadores tienen la obligación de verificar la información y tomar medidas para cumplir la protección de los menores.
Es importante que los adultos y también niños adolescentes conozcamos esta información. Pero no basta con decir que existe. Los operadores y sitios web deberían promover activamente la prevención y protección, los anunciantes deberían considerar estos mecanismos de protección, antes de usar las plataformas o los sitios para promocionar sus productos, todos los ciudadanos, también los corporativos, podemos contribuir a garantizar la seguridad en la web para nuestros niños y adolescentes.
Riesgos de siempre, ahora amplificados por la tecnología
En una era en la que los niños se están convirtiendo en nativos digitales y usan y comprenden la tecnología desde una edad temprana, los riesgos de seguridad que han existido durante mucho tiempo también podrían afectarlos, si no se toman precauciones. Incluso los menores están en la mira de los delincuentes, una amenaza que convierte a los niños en su principal objetivo.
El abuso y acoso sexual en línea o grooming
Si bien este no es un término nuevo, es importante dar una definición para que los padres responsables que ayudan a sus hijos a usar Internet de manera segura puedan entenderlo. El grooming es el acto de un adulto que se pone en contacto con un menor a través de Internet para ganarse su confianza y amistad, con el objetivo final de abusar de él de diversas formas.
Para ganarse la confianza de un niño, estas personas usarán perfiles o identidades falsas, lo que significa que el grooming puede tener lugar a través de la mayoría de los medios digitales que permiten la interacción entre dos o más personas. Una de las formas más comunes de que esto suceda es a través de redes sociales, correos electrónicos, mensajes de texto, chats o sitios de juegos en línea que permiten la comunicación entre los usuarios. Si bien esto puede parecer un nuevo tipo de delito cibernético, esta actividad también ocurre fuera de Internet. La característica principal del grooming, sin embargo, es la relación que se establece a través de cualquier medio que actualmente ofrece la tecnología.
Los ciberdelincuentes a menudo intentan aprovecharse de la inocencia de los niños, además de utilizar técnicas para conseguir que hagan cosas que normalmente no harían. Usan la manipulación psicológica y la persuasión para que las víctimas entreguen información voluntariamente o realicen actos que las pongan en riesgo. Por ejemplo, un adulto puede seducir a los menores a través de la atención o el cariño, escuchando sus problemas, hasta hacerles regalos (una vez contactado por medios digitales). Luego intentan reducir las inhibiciones incorporando gradualmente contenido sexual en sus conversaciones, mostrándoles material sexualmente explícito y buscando el contacto cara a cara.
Las consecuencias del grooming pueden variar de persona a persona. En primer lugar, una forma de daño que sufre el niño puede estar relacionada con el sufrimiento de problemas psicológicos debido a la manipulación o control que puede ejercer el adulto. En el caso de que se produzca un encuentro, las consecuencias pueden ser de naturaleza física, e incluir potencialmente el abuso sexual.
El sexting
La práctica del Sexting, consiste en enviar mensajes, fotos o vídeos de contenido erótico y sexual personal a través de aplicaciones de mensajería instantánea o redes sociales, correos electrónicos u otro tipo de herramienta de comunicación. Habitualmente se suele realizar de manera íntima, entre dos personas, aunque pueda llegar a manos de muchos otros usuarios si no se respeta esa intimidad.
Según un informe de investigación de la revista JAMA Pediatrics, la práctica del sexting aumenta alarmantemente entre los menores de 18 años y a edades cada vez más tempranas. 1 de cada 7 menores envía material sexual y 1 de cada 4 lo recibe.
Un adulto con malas intenciones puede obtener fotografías o grabaciones de video de contenido sexual que involucre al niño, o en casos más graves convertirse en pedofilia y pornografía infantil, trata o explotación. En cualquier caso, los derechos fundamentales de los niños se ven vulnerados y los menores expuestos a situaciones traumáticas que impactan su vida futura.
¿Cómo podemos proteger a los niños y adolescentes?
El internet es una realidad en la vida de hoy. Pretender mantener a nuestros niños y adolescentes completamente ajenos a esa realidad, es no solo en extremo difícil, sino también inapropiado, considerando que el uso de herramientas web será, muy probablemente, una capacidad indispensable para su vida futura. Los adultos tenemos la tarea de facilitar el desarrollo de las capacidades de los niños y adolescentes en las diferentes esferas de lo humano, para lograr su desarrollo integral. Esto incluye el ser capaces de interactuar en diferentes entornos, cada vez más amplios a medida que crecen, tomando decisiones autónomas, conscientes y constructivas.
Para lograr lo anterior, queremos ofrecerles algunas recomendaciones que pueden favorecer el afrontar esta realidad con los menos, incluyendo el momento apropiado para acceder a los diferentes entornos virtuales.
Mantener un diálogo abierto con nuestros niños y adolescentes.
Una conversación libre y natural entre padres e hijos o con adultos significativos (maestros, consejeros, etc.), les ayuda a construir el vínculo necesario para contactar con un adulto cuando lo requieran. Establecer una relación de confianza es quizás una de las formas más importante de abordar estos problemas. Este diálogo abierto implica conocer también su punto de vista, lo que piensan y sienten sobre los diferentes aspectos del uso de la tecnología; al tiempo que de manera genuina nos permitimos expresar también nuestros puntos de vista.
Sensibilizar a los menores sobre los peligros de Internet y el uso de los dispositivos móviles
Para evitar los peligros de Internet es necesario comprender los riesgos que pueden enfrentar los niños y adolescentes. Brindar educación sobre este tema y comprender cómo puede afectar a los niños, y especialmente cómo evitarlo, se ha vuelto crucial para su protección. En la agitada vida actual, los niños están más tiempo solos o en compañía de otros menores o de personas no tan cercanas. Ellos deben ser capaces de reconocer riesgos potenciales y saber cómo reaccionar ante ellos. Tal como les enseñamos qué hacer si se pierden en un lugar público o como cuidarse al cruzar la calle.
Establecer acuerdos claros sobre el uso de internet y los dispositivos móviles
Establecer acuerdos claros sobre la edad en la que los niños tendrán acceso a los dispositivos propios, los lugares de la casa en los que podrán usarlos, a qué servicios o plataformas online podrán acceder, etc., es importante para que la relación en torno a esta realidad sea constructiva. Ellos deben saber qué esperar y los adultos debemos ser consistentes con los acuerdos, entendiendo siempre que escuchar su punto de vista y dejar claro el nuestro es fundamental. Aunque no necesariamente estemos de acuerdo.
Monitorear el acceso de los menores a Internet y lo que hacen público
A medida que van creciendo y van teniendo acceso a más servicios y sitios, es importante saber qué están colocando los menores en la web y asegurarse de que no divulgan ninguna información personal y privada, como sus direcciones, números de teléfono o los nombres de sus escuelas. Asimismo, otra forma de mantenerse a salvo es evitar comunicarse con personas que no conocen o salir de los circuitos preestablecidos, como la red escolar o el grupo de la familia, por ejemplo.
Utilice soluciones de seguridad informática
El uso de una solución de seguridad protege su computadora de software malicioso y ciberdelincuentes, pero este tipo de herramienta también tiene opciones de control parental, que permiten a los padres filtrar los sitios web y el contenido que pueden representar una amenaza para los niños. Las herramientas tecnológicas también pueden desempeñar un papel importante en la protección de equipos, información y, por tanto, usuarios.
Trabajemos juntos para cuidar a nuestros niños y adolescentes
Si bien parece que estamos lidiando con riesgos complejos, la realidad es que reducir tales peligros está dentro de nuestras capacidades. Podemos combatir estas amenazas a través de la participación y educación de padres, adultos y maestros responsables. Construyamos un entramado a través de campañas organizadas en nuestra familia, en pequeños grupos o por iniciativas privadas y a través de los gobiernos.
La participación de los usuarios siguiendo una serie de prácticas sencillas y el uso de herramientas tecnológicas de seguridad ayudará a evitar amenazas en la web, permitiendo a todos y especialmente a nuestros menores, disfrutar de la tecnología en un entorno cada vez más seguro.